Ecografía Urológica

La ecografía urológica se trata de una técnica de imagen muy útil como herramienta diagnóstica en prácticamente todos los campos de la medicina. Esta es una de las pruebas complementarias más solicitadas, debido a su sencillez, rapidez e inocuidad.

¿En qué consiste una ecografía urológica?

La técnica mediante la que se consiguen las imágenes se basa en la emisión de ultrasonidos y la detección del eco que producen estos al contactar con los tejidos, de forma que unos transductores se encargarán de formar la imagen ecográfica.

El instrumento usado es el ecógrafo, que se conecta a un monitor que reproduce las imágenes en directo. Dichos ecos se reflejan mejor o peor dependiendo de la impedancia acústica, una cualidad de los tejidos del cuerpo que tendrá que tener en cuenta el médico a la hora de la ejecución de la técnica (una curiosidad es que cuando se aplica un gel entre la piel del paciente y el ecógrafo es precisamente para evitar esta impedancia acústica).

La ecografía presenta generalmente más ventajas que inconvenientes. Los exponemos a continuación:
Es una técnica no invasiva, es decir, no se traspasan las barreras corporales con el instrumental. En algunos casos puede realizarse a través de cavidades naturales como por vía oral, vaginal o anal; pero esto se suele dar como herramienta complementaria en otras pruebas diagnósticas como la toma de biopsias o la endosopia. Sin embargo, la mayoría de las ecografías se realizan sobre la piel y no precisan del uso de anestesia.

La ecografía es una técnica inocua. Esto significa que no es dañina para la salud del paciente, ya que no usa radiaciones ionizantes (y de ningún otro tipo) y por tanto no tiene riesgo biológico. Este hecho conlleva que pueda usarse en el mismo paciente las veces y el tiempo que sea necesario, intentando aún así limitar el gasto económico que supone.

Se trata de una técnica de bajo coste, lo que se pone más a favor del punto anterior. Esto hace que sea una de las técnicas para rentables para pacientes y doctores.

El principal inconveniente que tiene es que los estudios ecográficos no son fáciles de interpretar, por lo que será necesaria una buena experiencia con el ecógrafo. Igualmente, el especialista en urología está acostumbrado a realizar la técnica dentro de su propio campo, lo que acota la “dificultad”.

Particularmente, la ecografía es la técnica de elección en urología. Mediante su empleo podremos obtener imágenes de los riñones, uréteres, la vejiga, la próstata en caso del hombre, uretra e incluso testículos. El procedimiento se suele hacer con el paciente en posición de decúbito supino, con el objetivo de evitar la grasa retroperitoneal (la impedancia que presenta la grasa estropea la imagen ecográfica). A continuación se aplica un poco de gel en la superficie de la piel, y se coloca el ecógrafo en el lugar que se quiere explorar. Puede que el médico precise de la colaboración del paciente para realizar la prueba, pidiéndole que aguante la respiración para conseguir bajar la posición de los riñones, por ejemplo. Cabe decir que la presencia de gas abdominal o mucha grasa también puede entorpecer la prueba.

¿Cuándo hay que hacer
una ecografía urológica?

Al ser esta una prueba muy accesible y rápida, sirve como primera herramienta diagnóstica al urólogo. Es por ello que es común que el médico especialista la mande de una manera prácticamente rutinaria, ya que es una buena primera opción para la detección de cualquier indicio de patología urológica, suponiendo además un bajo coste económico. Es por ello que no debe asustarse si su médico le manda una ecografía, no significa que exista sospecha de patología grave.

También cabe destacar que puede servir como herramienta complementaria en otras intervenciones. Por ejemplo, la ecografía se usa de guía en la toma de biopsias, de forma que el médico puede asegurarse de que toma la muestra con precisión.

¿Qué puede verse en una
ecografía testicular?

La ecografía testicular se lleva a cabo a través de la superficie escrotal. Al tratarse de un órgano bastante superficial podrá observarse completamente; no existirán muchos impedimentos tisulares. Es por ello que permitirá visualizar una gran variedad de procesos patológicos tanto agudos y urgentes como procesos crónicos y su evolución. Algunos ejemplos son:

  • Torsión testicular: es un proceso urgente, por lo que su detección a tiempo puede salvar al paciente de la pérdida del testículo.
  • Orquitis y epidermitis: se tratan de procesos inflamatorios testiculares. Es bastante común en pacientes con procesos de infección por paperas.
  • Variocele: es una patología testicular muy común (*insertar enlace*). El modo “eco doppler” es de gran utilidad en esta patología, ya que permite observar con precisión el flujo sanguíneo y su dirección.
  • Quistes del epidídimo.
  • Cáncer de testículo: su detección precoz es muy importante para el pronóstico.
  • Microlitos testiculares: son pequeñas calcificaciones con variedad causal.

¿Qué puede verse en una
ecografía renal y vesical?

En estos casos, la ecografía también es una herramienta que permite la visualización de muchas afecciones de los riñones y el tracto urinario. La vejiga urinaria, al estar llena de líquido, es una buena ventana acústica, lo que significa que en la ecografía se verá con calidad y permitirá la observación de otras estructuras a través de ella. Algunas de las patologías que podemos detectar con esta técnica son:

  • Cólicos nefríticos: podremos detectar la obstrucción renal y a veces también su causa.
  • Litiasis renal (cálculos): esta prueba permite una muy buena visualización de los cálculos, así como su localización y grado de obstrucción del tracto urinario.
  • Quistes renales. 
  • Tumores renales. 
  • Tumores de la pared vesical y divertículos: es necesario diferenciar entre los tumores de la pared y la presencia de divertículos, lo que se relaciona con la progresión de la hipertrofia prostática benigna y su posible necesidad de intervención quirúrgica.
  • Estudio del grosor de la pared de la vejiga: este es un reflejo del esfuerzo que tiene que hacer la musculatura vesical para la evacuación de la orina.

¿Qué puede verse en una
ecografía prostática?

El estudio de la próstata mediante ultrasonidos puede hacerse de dos formas: vía abdominal o vía transrectal. En la primera, será indispensable acudir con la vejiga llena para poder ver la próstata a través de ella. La segunda opción ofrece mejores resultados, aunque es más molesta para el paciente. Mediante esta prueba podemos hallar:

Inflamación de la próstata

Suele aparecer en adultos jóvenes o varones de edad media. Es la infección urinaria más frecuente en el varón entre la segunda y cuarta décadas de la vida.

Estudio del tamaño prostático

El estudio del tamaño prostático es muy útil en el estudio de la hipertrofia prostática benigna.

Hallazgo de tumores

Hallazgo de tumores o lesiones sugestivas de cáncer de próstata.

Presencia de quistes prostáticos

O abscesos provocados por una infección aguda.

Importancia en la biopsia prostática

Para la toma de muestras de este órgano se usa la ecografía transrectal como guía para el urólogo.

Recomendaciones previas
a una ecografía urológica

Generalmente el paciente no tiene que preocuparse de llevar una preparación especial ni de ir en ayuno. Lo único importante es no orinar antes, de forma que se asegure que la vejiga está llena en el momento de la prueba, ya que esto aumentará notablemente la calidad de la imagen.

¿Qué duración tiene la ecografía urológica?

Se trata de una prueba muy sencilla y rápida. La duración dependerá del número de órganos que se quieran visualizar y de la experiencia del urólogo, pero apenas alcanzará los 10-15 minutos.

Ecografía urológica en Málaga

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